T-3 (Liothyronine Sodium) no es un esteroide anabólico sino una hormona tiroidea. Se usa médicamente para tratar casos de insuficiencia tiroidea, obesidad, ciertos trastornos metabólicos y fatiga. Específicamente, este medicamento es una preparación farmacéutica de la hormona tiroidea natural triyodotironina (T-3). Cuando se administra, T-3 (Liothyronine Sodium) aumenta el metabolismo del paciente. El resultado es una mayor tasa de actividad celular (notada por una utilización más rápida de carbohidratos, grasas y proteínas). Los culturistas se sienten particularmente atraídos por este medicamento por su capacidad para quemar el exceso de grasa corporal. Utilizado con mayor frecuencia durante la preparación del concurso, uno puede disminuir en gran medida la cantidad de grasa almacenada sin verse obligado a restringir severamente las calorías. Con este fin, el T-3 (Liothyronine Sodium) se usa comúnmente junto con Clenbuterol y puede producir resultados extremadamente dramáticos. Esta combinación se ha vuelto muy popular en los últimos años, sin duda responsable de muchos físicos «rasgados» en el escenario. Muchos también notan que cuando las hormonas tiroideas se toman junto con esteroides, se puede observar un mayor efecto anabólico (notablemente mayor que si los esteroides se usan solos). Esto probablemente se deba a una utilización más rápida de las proteínas por parte del cuerpo, lo que aumenta la tasa de acumulación de nuevos músculos. Se debe tener precaución si se considera usar este medicamento. T-3 (Liothyronine Sodium) viene con una extensa lista de advertencias y precauciones que no deben ignorarse. Los efectos secundarios incluyen, entre otros, palpitaciones del corazón, agitación, dificultad para respirar, latidos cardíacos irregulares, sudoración, náuseas, dolores de cabeza y trastornos psíquicos / metabólicos. Es una hormona poderosa, y una que podría alterar el funcionamiento normal del cuerpo si se usa mal. Al administrar T-3 (Liothyronine Sodium), uno debe recordar aumentar la dosis lentamente. Generalmente, se toma una tableta de 25 mcg el primer día, y la dosis se aumenta luego en una tableta cada tres o cuatro días para una dosis máxima de 100 mcg. Esto ayudará al cuerpo a adaptarse al aumento de la hormona tiroidea, con la esperanza de evitar cualquier «choque» repentino en el sistema. La dosis diaria también se debe dividir uniformemente a lo largo del día, en un esfuerzo por mantener los niveles sanguíneos más estables. Las mujeres son más sensibles a los efectos secundarios de T-3 (Liothyronine Sodium) que los hombres, y generalmente optan por no tomar más de 50 mcg al día. Es importante enfatizar que un ciclo no debe durar más de 6 semanas y nunca debe detenerse abruptamente. Tan lentamente como se acumuló la dosis, también debe reducirse, una tableta cada 3-4 días. Tomar T-3 (Liothyronine Sodium) durante demasiado tiempo y / o en una dosis demasiado alta puede provocar una deficiencia permanente de tiroides. Después de hacerlo, es posible que deba tratarse con un medicamento como T-3 (Liothyronine Sodium) de por vida. También es una buena idea consultar primero a su médico y evaluar su función tiroidea.